jueves, 16 de abril de 2009

La educación como un acto primordialmente de amor.

Por: Justo Concha

Uno de los conflictos más complicados de la educación actual es la violencia que se manifiesta sobre todo en algunos colegios municipales de barrios de estratos sociales bajos. El sistema educativo actual se ha visto sobrepasado por esta situación, produciéndose incluso eventos de violencia explícita entre estudiantes y entre estos y docentes. Las respuestas más frecuentes están asociadas al aforismo defendido a ultranza por las autoridades del internado Fond de L´Etang que nos muestra la historia de la aclamada película francesa “Los Coristas” (Berratier, 2004), “acción-reacción”.
El aporte conceptual más novedoso de la mecánica newtoniana a las ciencias físicas fue el principio de acción y reacción. Esta idea, que no ha perdido actualidad con el progreso científico, permitió avanzar hacia modelos globales basados en principios de conservación de las entidades físicas esenciales.
La ley de acción y reacción enunciada por Isaac Newton se aplica a parejas de objetos materiales que interaccionan entre sí y se formula diciendo que si un cuerpo A ejerce una fuerza sobre un cuerpo B, este segundo ejerce a su vez sobre A una fuerza igual y de sentido contrario a la anterior (Alonso y Finn, 1999).
Esta ley formulada para cuerpos y objetos materiales, tiene su analogía en los seres humanos planteada por el guionista de la película mencionada. La violencia es tratada con violencia. La desobediencia, la indisciplina, las trasgresiones a las normas deben ser castigadas con golpes, encierros y trabajos sociales...

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